Qué voy a decir. Ha sido la mejor boda del mundo. Calidad hasta el extremo en cuanto a comida. Gran cantidad de la misma. Buena calidad en bebidas. Gran profesionalidad de los camareros y cocineros. Cabe destacar las dos personas con las que más hemos tratado, Oti que nos facilitó muchas cosas y Miguel (el jefe de sala) que se hace tan cercano que parece el mejor amigo de tu vida que intenta hacerte todo genial. Un 10.